Tu hijo comienza a discutir lo que le propones

El niño o la niña tienen una capacidad para desarrollar una conversación. Podrá responder preguntas aun más complejas. Es capaz de exponer, con algunos argumentos, sus propias ideas y (no se te haga extraño) comienza a discutir lo que le propones. Toma algunas decisiones sobre su vestido y sobre lo que quiere o no comer. Se desenvuelve con amplia libertad en su casa igual que en el jardín, donde ya tiene actividades lúdicas y de aprendizaje muy avanzadas. Puede aprender canciones y poemas infantiles más o menos cortos.

Los juegos y la actividad física de tu hijo son mucho más intensos. Es probable que, en la medida de lo posible para el presupuesto familiar, le brindemos la oportunidad de un triciclo o una bicicleta –por ahora con ruedas auxiliares-. En un principio le costará algo de trabajo mover los pedales, en especial en el momento de arrancar, pero verás su cara de alegría cuando logra ponerse en movimiento y desplazarse por su propia cuenta. Es para él o ella una alegría que puede compararse con el momento en que logró empezar a caminar. Los beneficios adicionales son grandes y aprenderá muchas más cosas que simplemente mover los pedales: también adquirirá una nueva dimensión de los espacios en los que se desenvuelve y eso le ayudará en su proceso de desarrollo y la forma de ver el mundo que lo rodea.

Ahora tu hijo está comiendo con sus propias manos y sentado con sus padres y hermanos en la misma mesa. Esta no es una afirmación imposible y va a generar enormes beneficios para todos.