En los últimos años, el enfoque del cuidado prenatal ha cambiado, dándole mayor importancia a los primeros meses del embarazo y al apoyo cercano desde el inicio. Este cambio no solo implica un seguimiento médico, sino también un acompañamiento emocional y una red de profesionales dispuestos a guiar a la paciente en cada etapa del proceso. En este artículo, exploraremos cómo un enfoque integral desde el primer trimestre puede hacer una gran diferencia en la salud de la madre y el bebé.
Desde hace aproximadamente veinte años se viene invirtiendo la pirámide y esto significa otorgar mayor importancia al primer trimestre y también al contacto con la paciente.
Nuestra educación a la paciente debe ser anunciarle que está embarazada, que no tenga miedo. En este proceso hay gestantes que tienen negación porque no esperaban el acontecimiento y hay que darles soporte emocional porque vamos a ser los primeros con los que ella va a conversar y estaremos a su lado, durante todo el proceso.
Y claro, venimos acompañados de otras especialidades porque tenemos que apoyarnos en los nutricionistas, odontólogos, psicólogos y si tiene alguna patología, en las demás especialidades.
Captar a la paciente desde la primera instancia, permitirá seguir el embarazo desde muy temprano, desde el momento cero. Iremos viendo su crecimiento desde que es un pequeño embrión que puede medir 4 o 6 mm, hasta tenerlo en nuestros brazos, que es el objetivo ideal de nosotros como médicos y lo que espera la paciente.
Detrás de la gestante hay una familia que espera a que retorne una madre con su bebé. Entonces el primer control es identificar factores de riesgo, conocer a la paciente, su entorno social para que ella tenga la suficiente confianza de que no va a estar sola durante todo este proceso, ni ella, ni obviamente el núcleo familiar.
Cecilia Eloísa Ibáñez Rodriguez
Médico Ginecoobstetra especialista en medicina fetal
Universidad Privada Antenor Orrego
Perú
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