Si haces todo por tu hijo, le robas la oportunidad de crecer
Cómo acompañar sin anular su autonomía
Queremos que nuestros hijos sean responsables, que resuelvan problemas, que tomen buenas decisiones.
Pero muchas veces, sin querer, les impedimos practicarlo… porque lo hacemos por ellos.
Desde ordenar su mochila o recordarle cada tarea, hasta decidir qué estudiar, con quién salir o cómo vestirse.
Lo hacemos por amor, para evitarles errores o sufrimientos.
Sin embargo, esa sobreprotección se convierte en un obstáculo para lo que más deseamos: autonomía y confianza.
¿Por qué caemos en el “yo lo hago”?
- Porque es más rápido.
- Porque nos da tranquilidad.
- Porque creemos que, si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará.
El problema es el mensaje oculto que reciben: “No confío en que puedas hacerlo bien solo.” Con el tiempo, ese mensaje se vuelve creencia. Y dejan de sentirse capaces.
Así se ve en lo cotidiano
- Revisar su tarea todos los días “para asegurarte”.
- Tomar decisiones por él porque “no sabe elegir”.
- Organizarle la semana completa.
- Evitarle conversaciones incómodas o errores.
¿Qué podemos hacer diferente?
Acompañar no es hacer por ellos.
Es estar cerca mientras intentan, se equivocan, aprenden y mejoran.
Algunas claves:
🔹 Invítalo a decidir: “¿Qué te gustaría priorizar esta semana?”
🔹 No resuelvas al instante: “¿Qué se te ocurre? ¿Por dónde empezarías?”
🔹 Permite errores sin rescatarlo siempre.
🔹 Hazle sentir tu confianza: “Sé que puedes con esto, y aquí estoy si me necesitas.”
Criar hijos autónomos no es dejarlos solos.
Es soltarlos sabiendo que tienen con quién volver.
Cada vez que haces algo por tu hijo que él podría hacer por sí mismo, le quitas la oportunidad de crecer.
Porque confiar en él es también enseñarle a confiar en sí mismo.
