Una alimentación saludable y natural juega un papel fundamental en
el fortalecimiento de las defensas de tu bebé.
El sistema inmune está compuesto por órganos y células en un complejo engranaje que no sólo sirve para defendernos de las enfermedades sino también para vigilar, regenerar y reparar nuestro cuerpo para que funcione bien. ¿Cómo se desarrollan las defensas? La fortaleza del sistema inmune es algo que se construye con el tiempo y se desarrolla a medida que el bebé crece. Desde el parto, sea vaginal o por cesárea, la madre transfiere al bebé parte de su microbiota (los virus, hongos y bacterias que habitan en nuestro cuerpo). Luego, los componentes presentes en la leche materna, como los HMO’s (Oligosacáridos de la leche humana), ayudan a prevenir y combatir las infecciones, alimentan y aumentan esa microbiota, fortaleciéndola.
Hoy en día algunas leches de fórmula también contienen esos HMO’s que son factores más allá de unos probióticos, brindando una protección similar a la de la leche materna. Más adelante, cuando se hace la transición a la alimentación complementaria, el proceso de desarrollo y maduración del sistema inmune continúa y sigue a lo largo de su vida. Aproximadamente a los 5 años la microbiota empieza a parecerse a la de un adulto.
No es de extrañar entonces que más del 70% de nuestra respuesta inmune esté ubicada en el intestino y que, evidentemente, la alimentación juegue un papel fundamental en el fortalecimiento de nuestras defensas.
¿Cómo aumentar las defensas del bebé? Nuestro cuerpo es un todo, no funciona por partes, por eso tener y mantener un sistema inmune fuerte y saludable no depende de un solo aspecto:
Alimentación: Una alimentación sana y natural es el factor más importante para tener en cuenta si quieres fortalecer las defensas de tu bebé. Frutas, verduras y proteínas de calidad son fundamentales en la alimentación complementaria. Evita el azúcar y los alimentos procesados ya que alteran la capacidad de la respuesta
inmune.
La lactancia materna: la leche materna (si la mantienes todavía) no solo nutre al bebé, sino que también fortalece su sistema inmunológico y lo protege contra enfermedades. Los factores prebióticos como los HMO son verdaderos héroes invisibles en esta historia de amor entre madre e hijo.
Hidratación: El cuerpo está compuesto de agua entre 70 y 80 %, por lo que es necesario mantener esos niveles para que funcione bien. Agua, frutas e infusiones de frutas y hojas le darán a tu bebé la hidratación natural que necesita.
Ambiente emocional: Seguramente ya sabes que el estrés y los problemas emocionales nos hacen más vulnerables a las enfermedades. Lo mismo sucede con tu bebé: si está expuesto constantemente a regaños, gritos o peleas que le generan estrés, probablemente también estará más expuesto a cualquier enfermedad. Una crianza respetuosa, cariñosa, que acompañe al bebé en todas sus etapas de crecimiento, ¡hace maravillas!
Sueño: Nuestras defensas trabajan durante la noche, regeneran y reparan las células, por eso es tan importante respetar los ciclos del sueño. Tu bebé necesita dormir entre 8 a 10 horas para que su cuerpo se recupere del día anterior. Para que su sueño sea realmente reparador dale su cena y evita cualquier contacto con
pantallas al menos 2 horas antes de la hora de dormir.
Actividad física: La actividad física beneficia el sistema inmunológico tanto como el juego y las actividades artísticas. Llévalo al parque donde además de jugar, correr o saltar, también recibirá sol – tan necesario para la producción de vitamina D – importante para tener buenas defensas. Además, estas actividades contribuyen a su desarrollo y estado anímico y emocional.
Vacunación: Las vacunas previenen enfermedades potencialmente mortales. Lleva un estricto control de vacunación para que tu bebé sea más fuerte.
Hábitos: Utiliza todo lo aprendido durante la pandemia de la COVID: lavado de manos, uso de tapabocas cuando alguien esté enfermo y ventanas abiertas para airear los espacios. También es recomendable que en el jardín infantil los niños y profesores enfermos usen tapabocas, así no contagiarán a los demás.
Revisiones periódicas: No menos importante es que lleves a tu bebé a control donde el pediatra para que se pueda evaluar su desarrollo, talla, peso y esquema de vacunación. Nuestro sistema inmune funciona como un engranaje complejo y perfecto, con todas sus partes conectadas entre sí, vigilantes, listas para actuar, reparar y combatir agentes extraños. Pero, para que todas estas miles de piezas funcionen bien y en sincronía, requieren de nuestro esfuerzo: llevar una alimentación saludable, dormir bien, hacer actividad física, tener hábitos preventivos, estar emocionalmente tranquilos y claro, ir al médico.
¡Lo mismo aplica para tu bebé!
Dr. Dario Botero
Pediatra
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