A aquellas mujeres que sin elegirlo, se vieron obligadas a enfrentar solas su embarazo y la crianza de su hijo quiero compartirles mi experiencia y decirles que pese a lo sobrecogedor de la situación, al final te quedas con la mejor de todo este trance: Tu hijo.
El andar por la vida hasta ahora nunca ha sido fácil. Desde muy temprana edad asumí junto a mis cinco hermanas responsabilidades y deberes para ayudar con nuestro sustento. De esta manera aprendí la importancia y la disciplina del trabajo ayudando a nuestros padres. Esto me enseñó a hacer frente a las dificultades de la vida, explorar mis fortalezas, pero sobre todo, me enseñó a asumir retos.
A pesar de las privaciones materiales, nunca faltaron el amor, la comunicación, el acompañamiento y el apoyo, no solo de los miembros de nuestra familia, sino también de personas que la vida puso ahí como Ángeles para protegernos y hacer frente a la adversidad
Porque la adversidad llega a veces de la mano de quien menos piensas y cuando menos lo esperas, como cuando le comunicas la noticia de tu embarazo a la persona que hizo parte de tu vida por 6 años con quien compartiste grandes momentos con amor, ilusión y sinceridad y entonces, te encuentras cara a cara con esa parte desconocida de su personalidad que no está dispuesta a asumir su responsabilidad y compromiso frente a la situación y simplemente te abandona.
Fue así que en ese momento tan especial de mi vida, cuando quieres compartir la felicidad de ser madre, cuando todo tu ser se transforma y se vuelca a la protección del ser que llevas dentro y cuando más necesitas contar con el apoyo incondicional de tu pareja, me encontré sola, sin su soporte, llena de miedo y temores. La ansiedad y el llanto eran los protagonistas de mis días, la incertidumbre sobre el futuro de mi hijo me llevaba al límite de la angustia hasta llegar al extremo de caer en una depresión sin regreso.
Pero llega un momento en que eres consciente del poder que llevas dentro y recuerdas las dificultades que con coraje y valentía fuiste capaz de superar en el pasado, y sobre todo, te das cuenta que esa persona que te abandonó, no es el único protagonista de tu vida. Fue entonces que levanté la mirada y encontré a mis compañeros de trabajo, mis amigos, y principalmente a mi familia, quienes desde el primer momento que conocieron la noticia de mi embarazo, me rodearon, me cobijaron y alentaron con su compañía.
Mi familia siempre estuvo ahí, solo que el impacto psicológico y emocional que tuve que atravesar me impedía verlo. Ellos reforzaron mis cimientos para levantarme, cuidaron de mí y de mi hijo para quien siempre estuvieron abiertos sus brazos para acunarlo y protegerlo. Me alentaron recordándome la fuerza de mi espíritu luchador que jamás se había rendido frente a la adversidad…..Gracias a ellos me sobrepuse para seguir adelante con la mejor motivación: un hijo sano y hermoso!! Esa criatura que desde el primer instante que la tuve en mis brazos, marcó un nuevo comienzo en mi vida, la misión más importante en el futuro: su cuidado, su protección y crianza. Hoy puedo decirles que soy afortunada porque tengo el hijo que muchas madres sueñan tener, respetuoso, amoroso, atento, pero sobre todo agradecido.
Mujer, madre, amiga, si en este momento te encuentras en esta situación, te invito a levantar la mirada y observar a tu alrededor, a ponerte de pie y reconstruirte de la mano de tu familia por el futuro de tu hijo, a ver lo positivo en medio de la adversidad, a agradecer a la vida por colocarte pruebas que en vez de derrotarte, te hacen más fuerte, a reconocer el valor de tus amigos, pero sobre todo a dar gracias a Dios por los Ángeles en la tierra, Ángeles que sin ningún tipo de obligación civil abren sus alas para cobijarte, protegerte, defenderte y reivindicarte como Madre y Mujer. Dios me bendijo con el mejor Ángel de todos….
ETEL CATAÑO
Promotora Social
FUNDACIÓN TUS ANGELITOS EN LA TIERRA